miércoles, 21 de diciembre de 2016

LA MUSA DE LA TRANSICIÓN: CARMEN DÍEZ DE RIVERA







Ayer gracias a la serie de tv " lo que escondían sus ojos" y a mi madre, pude conocer la historia de Carmen Diez de Rivera. Hija ilegítima de Ramón Serrano Suñer cuñado de Franco y Ministro de asuntos exteriores en aquella época. 



Carmen tenía 17 años cuando se enamoró del hijo de Ramón Serrano Suñer, Ramón Serrano Suñer Polo, sin saber que, en realidad, era su propio hermano. Con una boda casi organizada su tía le tuvo que contar la verdad, que Suñer era su verdadero padre, para que paralizaran esa boda y esa relación. Carmen era fruto de la relación ilícita entre el ministro y la marquesa de Llanzol, Sonsoles de Icaza

Cuando supo que eran familia el mundo se le cayó encima. 

Él era el amor de su vida y nunca superó aquello . No podría perdonar a su padre biológico, que jamás quiso reconocerla, y menos a su madre por no habérselo contado en todos esos años y tampoco ser capaz de hacerlo ella en persona en ese momento, en el que recurrió a su hermana y a un sacerdote.

Al parecer el padre no biológico si la quiso como hija y ella también le quiso, parece que ese fué el único amor que sobrevivió.

Destruída, Carmen ingresó en un convento. Después se fue a Costa de Marfil de misiones.


A su vuelta a España parece que encontró su vocación y la forma de llenar esos vacíos. Se dedicó a la política y su currículum hizo historia. Aunque parece que su labor no ha sido muy reconocida.
Heredera de los ojos y la mirada de su padre y con un estilo parecido al de su madre, que causaba sensación, se convirtió en una especie de musa de la Transición, tal y como la bautizó Paco Umbral. Su éxito fue imparable, ya que fue la primera mujer que dirigió el gabinete de un Gobierno, el de UCD, a lo largo de un año, y estrechó lazos con Adolfo Suárez, llegando a ser una de las personas de su confianza.
Cuando se convirtió en diputada en el Parlamento Europeo con el PSOE, en 1989, su fuerte personalidad hizo las delicias de aquellos que la seguían en numerosos debates políticos televisados. El propio Alfonso Guerra, que participó en el documental 'Quiero ser libre', espacio que reivindicaba su figura, admitía en el mismo que a menudo tuvo que ayudarla porque ella actuaba por su cuenta. Sin volverse a enamorar y bastante firme en sus decisiones, actuó de forma contundente cuando descubrió que estaba enferma de cáncer. Huyendo de Madrid y abandonando el Parlamento en el verano de 1999, cuando vio que su enfermedad era irreversible, se acabó refugiando en la finca de Candeleda (sierra de Gredos) de su amiga Catalina Garrigues.
La chica encargada de cuidarla aseguraba en el documental que la frase de Carmen cuando se presentó fue contundente. “Hola, buenos días, soy Carmen Díez de Rivera. Tengo cáncer, me voy a morir. Por favor, láveme bien, que no me quiero morir antes de tiempo”, le espetó a la joven.
Rebelde ante la muerte, entre visitas a Madrid y a la finca donde se instaló, decidió frenar el tratamiento contra el cáncer cuando vio que no la conducía a nada. Su padre, jamás la llamó por teléfono para interesarse por su estado. Impasible ante su quebrada salud, nunca admitió que era su hija. Carmen se fue sin hacer ruido y con la pena de que su progenitor no reconociese que ella era el fruto de aquel amor ilícito, el de sus padres, que en el fondo supo entender mejor que nadie, dada la equívoca atracción que ella había sentido por su propio hermano. Muchos, de hecho, dijeron que aquella muerte no fue por el cáncer, sino por amor. Un ejemplo más de como las emociones negativas pueden provocar enfermedades.
DOCUMENTAL SOBRE CARMEN DIEZ DE RIVERA  

Fuente: http://www.vanitatis.elconfidencial.com/



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