La ira en su forma natural y saludable es una respuesta más que adecuada para defender nuestros límites.
Se activa cuando percibimos una amenaza para nuestras vidas o nuestra integridad física o emocional.
Existen circuitos de la ira en nuestro cerebro, configuran el sistema RAGE de autoprotección y fueron identificados por el neuro-psicólogo Jaak Panksepp, muy cerca de los sistemas de búsqueda y miedo (todos en el hipotálamo).
El miedo y la frustración son dos emociones que comúnmente preceden a la activación de la ira en animales (¿Os suena enfadaros por hambre? ¿O conectar con el enfado en vez de con el miedo ante una situación que da miedo?). Se sabe que el hambre y el cansancio activan el sistema RAGE.
Nuestros cerebros están preparados para la ira, es esencial para nuestra supervivencia.
Cuando nuestra ira es saludable, no es una bestia latente que tenemos guardada en una jaula en el trastero del inconsciente, sino que aparece cuando es necesario, cumple su función y luego se calma.
Es un sentimiento válido y natural que no tiene la intención de dañar a nadie. La ira en su forma pura no tiene contenido moral, correcto o incorrecto. Su único "deseo" es mantener tu integridad y la homeostasis interna. Su mensaje central es un NO potente y definitivo.
Se convierte en una versión tóxica de sí misma cuando la asociamos con interpretaciones inútiles (culpándonos por sentirla), patrones de comportamiento buenistas (soy un/a niña/o bueno/a que nunca se enfada ni siente ira) o nos creemos que estamos menos iluminados o somos menos espirituales por sentir esta “emoción de baja vibración” y seguimos invalidando la emoción.
Muchas personas han aprendido a minimizar su ira hasta el punto de que ni siquiera saben cómo es.
Nuestra incapacidad para decir no alimenta el resentimiento crónico. La represión de la ira y otras emociones, está detrás de más del 80% del desarrollo de diferentes tipos de cáncer (en especial mamas, ovarios y útero), enfermedades autoinmunes y desequilibrios hormonales en mujeres.
En mi experiencia, las mujeres que tienen esta tecnología desactivada, dormida o en stand-bye, son aquellas que aprendieron que sus necesidades y límites no sólo no eran importantes, sino que eran ignorados sistemáticamente, así que se desconectaron de ellas para no perder el vínculo con papá/mamá.
El abandono de una misma, queridas, genera un cabreo monumental que se reactiva una y otra vez, cada vez que nos ignoran, no nos tienen en cuenta, nos malinterpretan, no nos comprenden, nos hacen ghosting etc
Cuando te encuentres tolerando o explicando situaciones estresantes e irritantes persistentemente, insistiendo en que "no es para tanto " o "no quiero montar un pollo por esto", es probable que haya una oportunidad para practicar tu NO sagrado dando a la ira el espacio necesario para que surja y honrando la verdad de tu cuerpo y tu biología.
Mujer Alquimia
